12 de febrero de 2010

MUTANTES

Cambiar de apariencia, de ciudad, de amante, de ropa, de amistades, de licor, de familia, de vida. Descansar de la pesada carga de ser una misma. Llegar hasta los extremos abyectos y luego devolverse, si viene en gana. Ser la más zorra hoy y la más princesa mañana, hasta llegar a ser irreconocible, incatalogable.


Quienes nunca lo han intentado nos escupen siempre el mismo reclamo: ¡Cómo has cambiado! Como si cambiar fuera algo reprochable, lastímero, indecoroso. Pero nosotras sabemos que cambiar es la única manera de mantenerse vivas, de vivir. Vivir de verdad, no sólo ver pasar los años. No quedarse en el mismo lugar para siempre, por secula seculom... En el rincón gris de la apariencia, la ocupación, el deseo, los sentimientos y el sexo normativo que nos enseñaron papá y mamá.


Ser otra cosa. Ir, volver, mutar.





1 comentario:

  1. Como me gusta tú, siendo Nancy, Sofia, Arturo... como me encantas¡¡¡¡¡ mutante, perra mutante

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